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02/02/2023
El gas radón es un gas noble, natural, derivado de la desintegración del radio, que a su vez procede de la desintegración del uranio. Está presente en los suelos y es capaz de viajar entre los poros y grietas del terreno hasta alcanzar la superficie.
El radón es un gas incoloro, inodoro, insípido, es considerado cancerígeno de acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud) y se sitúa como la segunda causa más común de cáncer de pulmón después del tabaco.
En espacios abiertos, el gas radón tiene concentraciones muy bajas al diluirse con el resto de los gases de la atmósfera. El problema lo encontramos cuando penetra en espacios cerrados, como puede ser sótanos o zonas confinadas en contacto con el terreno que no están debidamente protegidos, suponiendo un riesgo potencial para la salud.
En un espacio cerrado, el radón se acumula aumentando su concentración y la inhalación continuada a lo largo del tiempo puede llegar a generar cáncer pulmonar debido a la radiación que produce la desintegración del mismo y de sus descendientes de vida corta, ya que, en el interior de nuestro organismo, es capaz de alterar el ADN de los tejidos pulmonares. Si no hay una ventilación y protección adecuadas la concentración puede llegar a ser muy alta y peligrosa.
La unidad con la que se mide la actividad de la radiación producida por la desintegración de elementos radiactivos es el Becquerel (Bq). Para el caso de concentración en un espacio cerrado usamos Bq/m3 de aire. Esta magnitud aparece definiendo los niveles máximos aconsejables, según recomendaciones normativas, que no deben sobrepasarse en los espacios cerrados y habitados con el fin de proteger la salud de los habitantes.
Existen varios métodos para determinar la concentración en un espacio cerrado y la mayoría se basan en el recuento de partículas alfas emitidas por la desintegración del radón y sus descendientes.
Protección frente a la exposición al Gas Radón
Debido a la normativa desarrollada que obliga a implementar medidas de protección frente al radón en los locales habitables de los edificios, Sika se ha adaptado a estas exigencias con el desarrollo de un sistema de protección de las estructuras que van a estar enterradas o van a tener parte de la estructura en contacto directo con el terreno.
Este sistema de Sika trata de unas membranas preconformadas de poliolefina flexible (FPO) con muy altas prestaciones, llamadas SikaProof®. Además de la protección frente al Radón (y otros gases como el metano) de los habitantes de los edificios, este sistema también está destinado a la protección de las estructuras frente a la entrada de agua y terrenos agresivos que puedan deteriorar las estructuras. El sistema SikaProof® cuenta con numerosas referencias de obra a nivel nacional e internacional.
El Código Técnico de la Edificación (CTE) es el marco normativo que establece las exigencias básicas que deben cumplir los edificios en relación con los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad. En el 2019 se introdujo una nueva exigencia básica de salubridad de protección frente al radón con el RD 732/2019, una transposición parcial de la Directiva 2013/59/EURATOM del Consejo.
Esta nueva exigencia la encontramos como Documento Básico HS 6 de Salubridad (enlace para el documento del CTE DBHS.pdf (codigotecnico.org)) y en ella se delimitan aquellos municipios en los que hay una probabilidad significativa de que los edificios construidos y de nueva construcción presenten concentraciones superiores al nivel de referencia (300 Bq/m3). El listado de municipios se divide en dos zonas en función del nivel de riesgo y estas zonas tendrán establecidas sus medidas de protección de acuerdo a la normativa.
Mapa de zonificación elaborado a partir del listado de municipios del apéndice B
